En la era digital, Hasselblad ha realizado un movimiento algo extraño pero que ya hemos visto en la otra gran marca (Leica): producir modelos de cámaras digitales tomando como base un modelo de otra marca, en este caso Sony. Me explico. Hasselblad ha lanzado dos cámaras digitales llamadas Lunar y Stellar, de aspecto lujoso con empuñaduras personalizables de gran calidad, terminaciones en madera y otros materiales caros. Con un interior que nos puede ofrecer imágenes de muy alta calidad. La pega, al menos para mí, viene cuando nos enteramos que el modelo Lunar en realidad es una Sony NEX 7 con exterior modificado y la Stellar es una Sony RX100 también con el exterior modificado y el precio se sitúa en unos 6000€ y 1800€ respectivamente, cuando los precios de sus homólogas Sony son de 1100€ y unos 500€.
Hasselblad Lunar
Hasselblad Stellar
Es decir, estamos pagando casi 6 veces mas por el modelo Lunar y casi 4 veces más por le modelo Stellar sólo por un aspecto exterior más lujoso. El interior (electrónica, sensor, montura, objetivos) y mandos son calcados. Por decirlo de otra forma, las fotos te van a salir igual haciéndolas con una Lunar que con una NEX7 (usan el mismo sistema de objetivos, gama NEX).
Sony NEX 7
Sony RX100
¿Es esto un sin sentido?, ¿merece la pena pagar mucho más por una cámara idéntica en su interior que otro modelo sólo por un aspecto más lujoso?, ¿se deja llevar Hasselblad por un mercantilismo fácil ofreciendo productos que no són únicos, en su interior, ni fabricados por ellos mismos?. La respuesta la tienen los usuarios. Parece ser que en España ya se han vendido casi una decena de modelos Lunar, un par de ellas en joyerías. La exclusividad parece que también ha llegado a la fotografía y no sólo cabe hacer buenas fotografías, si no tener la cámara más exclusiva y llamativa. Tener una Hasselblad no será ya sinónimo de calidad, si no de esnobismo.
Fotos: Hasselblad y Sony
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